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César Coca

Divergencias

Rafael Orozco, el olvido injusto

Hay biografías malogradas y artistas que no han tenido toda la proyección que merecían o que han sido olvidados demasiado pronto. Uno de esos casos es el del pianista andaluz Rafael Orozco, muerto en 1996, recién cumplidos los 50 años.

Asistí al menos a un concierto de Orozco. Quizá fueron más, pero no los recuerdo. Debió de ser hacia 1977 ó 1978, en mis años estudiantiles. Tocó el primer concierto de Liszt junto a la Orquesta Nacional de España, en el Teatro Real de Madrid. No recuerdo el director, pero sí tengo grabada la imagen de Orozco, vestido con un pantalón y una camisa negros, sin chaqueta, recibiendo una clamorosa ovación. Yo entonces sabía que había sido el intérprete de la banda sonora de La pasión de vivir, la biografía desbocada que hizo Ken Russell sobre Chaikovski (película de culto entre mis amigos en esos años). Mucho tiempo después escuché su grabación de los conciertos de Rachmaninov y recientemente, cuando la publicó el sello RTVE Música, la del segundo de Brahms.

Orozco era un pianista excelente, cuya carrera quedó truncada por la enfermedad más cruel de los ochenta y los noventa. Creo que hoy es un semidesconocido para buena parte de los aficionados. Mis recuerdos de aquel Liszt vigoroso se van desvaneciendo y no creo que exista grabación alguna de ese concierto en sus manos. Hay también muy pocos vídeos suyos, así que quizá se explique el olvido en que va quedando su nombre.

Ahora tendría 64 años y estaría en plena madurez. Lástima.

(Como les decía, hay muy pocos vídeos de Orozco. Les dejo su interpretación del Concierto nº 3 de Rachmaninov, segundo movimiento, con Vaclav Neumann en la dirección. Ignoro la orquesta pero supongo que será la Filarmónica Checa).