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César Coca

Divergencias

No puedo con los gurús

No puedo con los gurús. Me parece que a su alrededor se ha montado toda una industria y que nos comportamos como verdaderos papanatas, dispuestos a creernos cuanto dicen y a pagar una pasta porque nos anuncien cosas que pueden ocurrir o no. Y si no suceden, nadie les reclama nada.

Sucede en todos los ámbitos. Recordarán ustedes que cuando le dieron el Nobel muchos destacaron en Paul Krugman su capacidad para adelantar acontecimientos, obviando el pequeño detalle de que en junio de 2008 había dicho que lo peor de la crisis había pasado y que no había más de un 10% de posibilidades de que las economías desarrolladas entraran en recesión. Claro, es lo que pasa cuando se hacen muchos pronósticos: se acierta en unos casos y se falla en otros, pero eso no es más que la aplicación a la realidad de la ley de probabilidades.

Todo esto viene a cuento de que otro gurú célebre, Nicholas Negroponte, acaba de anunciar que el libro en papel perderá la batalla ante el libro electrónico en 2015. Lo bueno que tiene hacer previsiones así es que si luego fallas nadie te reclama nada. Pero por decirlo has levantado una cantidad indecente de dólares.

No sé si Negroponte acertará o no. Las cifras de venta de libros electrónicos en Amazon tienen más trampas que una película de indios y vaqueros, porque comparan solo con los libros en pasta dura y porque Amazon es precisamente la librería en la que el libro electrónico tiene más tirón. Pero sus ventas son una pequeñísima parte de la facturación del sector editorial en todo el mundo. Así que yo no haría muchas proyecciones sobre ese único indicador, porque el riesgo de equivocarse es grandísimo.

En fin, solo con afán de suscitar en los lectores una sonrisa, que algunos tendrán la suerte de seguir de vacaciones, aquí van algunas predicciones famosas que no fueron precisamente grandes aciertos.

– Un científico célebre en su tiempo demostró matemáticamente que era imposible que un objeto más pesado que el aire volara. Lo hizo apenas unos meses antes del primer vuelo de los Wright.

– No uno sino muchos científicos alertaron en los inicios del ferrocarril del peligro de que los trenes circularan a más de 50 kms./ hora porque entonces, decían, el aire no entraría en los coches y los viajeros morirían por asfixia.

– A comienzos de los noventa, en un congreso de editores y expertos en medios de comunicación, uno de esos gurús cuyo nombre he olvidado (nunca hice ningún esfuerzo por recordarlo) vaticinó que en 2000 no habría periódicos porque… se habría acabado el papel prensa.