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César Coca

Divergencias

Mozart no les hará más inteligentes, pero sí más felices

Me parece recordar que ya había sido suficientemente desmentido con anterioridad, o quizá sólo era que nunca fue tomado muy en serio, pero el estudio que sostenía que los bebés que escuchan música de Mozart (ojo, solo una obra, la Sonata K. 448) son más inteligentes ha sido echado por tierra de manera definitiva. Escuchar a Mozart no hace más inteligente a nadie. Ya lo decían los clásicos: “Lo que la naturaleza no da, Salamanca no presta”. Quiten al dicho el nombre propio Salamanca y pongan Mozart.

No me he llevado ninguna decepción. Siempre he recomendado a quienes tienen hijos pequeños que les pongan música clásica, pero confiando en que eduquen su oído y lo acostumbren a escuchar sonidos agradables y armónicos. Por supuesto, planteo eso mismo para los adultos.

La música de Mozart no nos hace más inteligentes. Pero hay una cosa de la que nadie me moverá nunca: nos hace más felices. Nos da una felicidad enorme porque nos muestra la belleza en su estado más puro. Incluso cuando nos sitúa ante el drama del dolor o la muerte, la belleza queda siempre por encima. No escuchen a Mozart porque eso les dará un 1% más de cociente intelectual. No es cierto. Escúchenlo porque les hará más felices.

Y esta es mi contribución a la causa.