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César Coca

Divergencias

Premios ascendentes y descendentes

Parto del hecho de que Sánchez Ferlosio es un escritor excelente y de que nadie podrá decir que el Nacional de las Letras es un premio que le viene grande. Dicho eso, mi pregunta es si tiene algún sentido que quien ha recibido el más importante galardón de las letras en español sea distinguido más tarde con premios menores, encima convocados por la misma institución.

Hay autores que, en posesión del Nobel, se han negado a recibir cualquier otro galardón, en la consideración de que carece de sentido que si tienes el mayor de todos sigas aspirando a otros. En teoría, ¿cómo podría negarle un jurado cualquier otro premio a un ganador del Nobel? Pasa lo mismo con el Cervantes. ¿Cómo puede no ganar el Nacional de las Letras, el Príncipe de Asturias o cualquier otro quien ha recibido la mayor mención existente para un autor en español? Por eso, algunos han decidido, sencillamente, no colocar al jurado en el trance de dárselo de oficio o exponerse a críticas sin cuento si se lo niegan. No se presentan a ninguno o, si son galardones en los que las candidaturas proceden de instituciones y no de los interesados, dejan claro que no aceptarán la distinción. En el extremo contrario están otros autores dispuestos a ganar el Nobel y, a continuación, la Rosa de Oro de su pueblo al poema que mejor cante las excelencias del vino local.

Pero una cosa es que algunos autores estén dispuestos a ganarlo todo (y no digo en absoluto que sea el caso de Sánchez Ferlosio, que seguro que no lo es y él no ha hecho nada para formalizar su candidatura) y otra que quienes conceden los premios no reparen en asuntos que a mí me parece que no son menores. El camino de los premios debería ser ascendente (del menos al más importante), nunca descendente.