Acabo de enterarme de que Memoria de mis putas tristes será llevada al cine y empiezo a temerme lo peor, dados los pésimos precedentes. Las noticias de prensa aseguran que parte del rodaje se hará en la ciudad mexicana de Puebla (tengo el recuerdo difuso de unos paseos en un día brumoso y un almuerzo en un restaurante-librería, han pasado muchos años) pero no dicen nada de los intérpretes. Dos de ellos deben ser actores de edad avanzada (o ir muy maquillados para que lo parezcan), puesto que el protagonista-narrador es un anciano que cumple 90 años en el arranque de la historia. Rosa Cabarcas, la mujer que debe buscarle una muchachita, es también persona de edad avanzada. Y luego está la niña, Delgadina, apenas llegada a la adolescencia. La dificultad de este personaje me parece enorme puesto que no habla. Todo lo dice con la mirada y no es fácil encontrar a una actriz de esos años capaz de expresar de esa manera. Claro que me parece que es aún más difícil poner en imágenes un relato así. Insiste: me temo lo peor.