Como estación, el otoño me gusta más bien poco. No soy insensible a la belleza de un bosque de tonos rojizos, ni a la magia de un atardecer brumoso. Pero no es lo que prefiero. Eso sí, el otoño es una muy buena época para la cultura: arrancan las temporadas musicales, las editoriales lanzan buena parte de sus novedades más valiosas del año, se conceden el Nobel y el Cervantes -y eso a veces nos permite descubrir autores interesantes o ratificar nuestra idea de qué bueno es ese escritor que tanto nos gusta-, y los museos suelen programar muestras de enjundia después de terminar el verano, que es un tiempo más dado al populismo y a tratar de satisfacer al turista no demasiado exigente. Así que no lloren porque termina el verano, porque las lágrimas no les dejarán ver el otoño.
Les dejo este vídeo. Es una filmación de 1988 y el grupo es I Musici. El escenario es… sencillamente uno de los lugares más bellos del mundo.
(La foto es de un bosque cercano a Múnich, el año pasado. AFP)