No favorece la aparición de granos, ni provoca ceguera. Tampoco es una enfermedad y, pese a lo que nos enseñaron en otros tiempos, seguramente, ya ni siquiera es pecado. “El clítoris no tiene más sentido que dar placer a la mujer. Cuando la naturaleza lo ha puesto ahí, sin duda, es por algún motivo. Desde […]