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Pereza

En esta ocasión, os escribiré sobre un sentimiento, que ciertamente no sé muy bien si denominarlo sentimiento o no.

Este sentimiento inconcreto es la pereza.

La pereza, la podemos definir con diversos adjetivos, tales como gandulería, haraganería, tedio, holgazanería…

La religión cristiana la califica, a la pereza, como vicio.

El cerebro es un gran consumidor de energía, tenerlo inactivo es un desperdicio de energía, para evitarlo, el cerebro es más inteligente que nosotros mismos, para evitar estar inactivo nos puede enviar dos sensaciones, una desagradable (el aburrimiento) y otra agradable (la curiosidad), así nos empuja a realizar algún tipo de actividad.

La pereza puede ser causada por una mala alimentación e incluso por enfermedades tales como el autismo, el síndrome de Asperger (tipo de autismo sin retraso en el desarrollo del lenguaje), fribromialgia, fatiga crónica, depresión, distimia, demencias, e incluso podría generar la pereza otro tipo de causas, como considerar que ha de ser mayor el esfuerzo que beneficio que recibiríamos, falta de reconocimiento de la acción realizada, falta de preparación para poder realizar una acción (ello generaría desánimo y pereza), falta de motivación, monotonía laboral, tarea penosa que cause algún tipo de trastorno físico o mental, etc.

La pereza es consecuencia de planificar el futuro, en el aquí y ahora no hay tiempo para la pereza.

En tiempos ancestrales, cuando queríamos algo íbamos a por ello, si lo conseguíamos lo teníamos ya y si nos quedábamos sin ello, actualmente podemos planificar las cosas y decidir cuales hacemos ahora y cuales dejamos para después, mañana, el año que viene, o quizás nunca.

Ciertamente, en muchas ocasiones me ocurre (especialmente con archivar facturas), que las voy amontonando y siempre las dejo para otro rato, no hay cosa que me dé más pereza… pero bueno, cuando tengo un considerable montoncito no queda otro remedio que ponerse a guardarlas…

Realmente la pereza, nos viene a todos, un rato u otro, por un motivo u otro, si es una cosa puntual no es un problema grave, el problema de la pereza se agrava cuando esta se hace crónica.

Realmente la pereza nos impide realizarnos psíquicamente para seguir la senda de reeducarnos para luchar con ella.

Si la pereza la tenemos muy desarrollada puede llegar a ser paralizante, eliminando toda nuestra energía y vitalidad.

La pereza nace como síntoma de fragmentación interior, falta de claridad mental y también falta de orientación, nos deja sin energía y nos quedamos quietos en nuestro sillón, rincón o esquina, sin hacer nada, como si nos hubiesen congelado.

En ocasiones, me ha ocurrido personalmente que me he quedado en mi amado sofá, sentado, sin poner la tele, sin mirar el ordenador, sin leer un libro, simplemente quieto, sin hacer nada, no por no tener cosas que hacer (siempre las tengo), quizás por unos minutos de falta de energía, pero al rato de pararme, me suele atacar con ganas, una cosa llamada aburrimiento, que me hace cargar las pilas, lo cual generalmente me obliga a realizar una acción que me guste realizar.

También me ha ocurrido en otras ocasiones, estar realizando algo, estar deseando terminarlo, para después no nacer nada (especialmente si realizo un trabajo que no me es muy apetecible), incluso, perdiendo calidad en el trabajo realizado, para acabar pronto, para después vaguear (no hacer nada).

Llegado a este punto, me suele ocurrir que pasados pocos minutos, me aburro, me tengo que levantar y buscar otra cosa que realizar.

Realmente no soy una persona muy activa, me gusta hacer cosas, pero despacito y con buena letra, sin agobios, aunque tampoco tengo complejo de figura de cera en un museo.

 

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Temas variados, desde economía y chistes hasta recetas de cocina.

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