ARABA
Ninguno de los más de veinte concejales que realizaron el recorrido por los mojones se sorprendió de que estos monolitos, que marcan los límites del término municipal, siguieran donde los dejaron. Raro sería que cinco siglos después se movieran sin previo aviso. Pero los representantes del Consistorio y de los concejos, que cubrieron un itinerario de unos 10 kilómetros entre Arrazua Ubarrundia y Lubiano, demostraron que esta tradición es una de las más arraigadas, incluso pese al agobiante calor.