ARABA
«Vergonzoso». No pocas familias del colegio Aldaialde coincidieron ayer en emplear este calificativo para valorar la jornada de vuelta a clase. En los corrillos que se formaron en los accesos a este centro público de Mariturri
se evidenciaba el malestar de los progenitores ya que por séptimo curso, el alumnado –que alcanza 450 niños desde Infantil hasta 4º de Primaria– aprenderá lengua, matemáticas o inglés en módulos prefabricados, a la espera de que se complete la construcción del nuevo edificio. «Aquí todos los cursos hay algún problema», repetían. Si en las instalaciones temporales ubicadas en la avenida de Iruña-Veleia los escolares ya estaban «como sardinas» en cursos anteriores, ahora ni siquiera hay barracones suficientes para todos y «tres grupos», como denunció la AMPA, se han quedado sin espacio.