¿Recuerdan el sorprendente resultado de reproducir al revés el disco de Miliki? Tanto me impresionó que me he puesto a indagar por la red sobre esta práctica de dar la vuelta a las canciones. Ya saben que se trata de una ocurrencia con mucha tradición: en esta página se pueden encontrar algunos ejemplos clásicos, como el «es divertido fumar marihuana» que algunos escuchan en el ‘Another One Bites The Dust’ de Queen o, ejem, el «give me a fuck» escondido en la sintonía de Popeye. Pero el gran hallazgo ha sido, sin duda, la página Con el Diablo en la Voz, donde la Fundación Misericordia Divina repasa las conexiones satánicas y los mensajes secretos de algunas figuras de la música latina, todo ello con un verbo hilarante que ninguna parodia podría mejorar. En los temas de la «gordita Shakira» -así la llaman, como sugiriendo que sólo gracias al Maligno ha podido triunfar-, el limpísimo cerebro del escuchador al revés reconoce frases como «yo trabajo la cola», «nunca virgen» y «déjame tener sexo». Peor todavía es lo de Maná, cuyas composiciones están «impregnadas de ataques a la fe y rebeldía hacia Dios», como si fuesen unos Cradle Of Filth cualesquiera después de un empacho de discos de Police. «Roma es la puta, la hereje, está igual a podridos ratones», les entienden. Claro que nuestra subliminalidad favorita es la de Diego Torres, el pesado del ‘Color esperanza’, que reclama con sed patriótica la cerveza nacional argentina: «¡Dame una Quilmes, dame una Quilmes!».
Ya dicen los responsables de Aquarius Records (en una web, por cierto, imprescindible para los interesados en sonidos excéntricos) que «toda música suena mejor del revés». Los emepetreses han facilitado la tarea, pero no se pierdan este alucinante adminículo que permite escuchar de atrás adelante los vinilos: eso sí, pinchándolos por debajo.