La serie ‘SimCity’ inauguró hace casi veinte años la era del entretenimiento insano con el primer juego que no te dejaba perder ni ganar. Mientras Maxis cocina la quinta entrega, EA recupera dentro de su línea económica ‘SimCity 4’. La idea del simulador de ciudades se le ocurrió a Will Wright en 1984, mientras diseñaba los escenarios de un juego para Commodore 64. Se supone infrecuente sentirse gratificado por el trabajo (imagínense una oficina en 1984, sin internet) y el creador de ‘Los Sims’ se dio cuenta de que había disfrutado con una tarea que debía de ser odiosa. En lugar de pedir cita al psicólogo, Wright comenzó a trabajar en el concepto de ‘SimCity’, que vería la luz en 1989.
El infeccioso atractivo de ‘SimCity’, que convierte al jugador en alcalde perpetuo (igual que Franco), se intentó exportar a una plétora de simuladores de los que sólo han sobrevivido el original y ‘Los Sims’, que a la postre ha eclipsado su fama. En parte, la culpa es suya, reconocía su creador hace tres años, porque las últimas entregas no estaban dirigidas a los jugadores casuales, sino a los ‘hooligans’ de la serie, la gente que, como Wright, disfruta trabajando… incluso mientras juega. Es complicado levantar una ciudad bonita o eficiente o ambas cosas en ‘SimCity 4’, pero por un precio ajustado merece la pena trastear un rato entre calles y edificios y mejorar su aspecto con las suntuosas creaciones que los ‘arquitectos’ aficionados cuelgan desinteresadamente en sitios como Simtropolis y CapitalSimCity.