Tengo debilidad por Ozzy Osbourne, y no sólo porque los primeros discos de Black Sabbath me parezcan obras maestras. De hecho, estoy convencido de que es un sujeto mucho más lúcido y responsable de lo que aparenta, aunque algunos compañeros que sí ven su espectáculo televisivo me lo describan como un engendro subhumano, de cerebro licuado y conducta aberrante. Me gustan las historias de Ozzy: ya saben, cuando decapitó un murciélago de un mordisco y tuvo que vacunarse contra la rabia, o cuando le llevaron a El Álamo para hacer un reportaje fotográfico y acabó detenido por orinar justo delante del fuerte. Hasta me encantan sus hermanas, esas señoras de Birmingham que salen de vez en cuando en la prensa inglesa. Y hoy me he enamorado de su forma de hacer negocios, porque Ozzy y señora han anunciado que el Ozzfest de este año (su festival itinerante) será gratis, con los siguientes argumentos al más alto nivel. Habla Sharon: «Todo el mundo ha sido tan bueno con nosotros estos años, pese a que el precio de las entradas era cada vez más caro, que hemos pensado que no podíamos seguir subiéndolo. Hey, los chicos pueden conectarse y descargar música, así que ¿por qué no un show gratis? Qué diablos, Ozzy saca disco este año y va a estar de gira, así que hay mucho tiempo para hacer dinero».
Eso sí, el único artista confirmado por ahora para el Ozzfest es… Ozzy.