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La guapa, lo bueno y lo malo

Ya sé que a algunos de ustedes les salen sarpullidos cuando hablamos de ciertas cosas, pero tenía curiosidad por saber qué canciones versiona Soraya en ese disco titulado Ochenta’s, con ese apóstrofe absurdo que suena a discopub de barrio o a peluquería de primer piso. Si llevan tiempo por aquí, conocerán mi debilidad por la música comercial de aquella década en la que nosotros éramos jóvenes de verdad y algunos de ustedes ni siquiera eran. También es verdad que odio el atajo fácil de vampirizar éxitos de antaño para superar periodos de falta de creatividad (bueno, algunos de esos periodos son tan largos como una carrera completa), pero no he podido sustraerme al influjo del single que reproduce sin ningún valor añadido Self Control, una canción que ya entonces triunfó dos veces en las voces de Raf y de Laura Branigan. El revoltijo del álbum muestra cómo, en aquellos tiempos, lo respetable y lo despreciable estaban a un paso y, con el tiempo, han acabado por confundirse: quién iba a decir entonces que algún día se juntaría a Depeche Mode y Human League con Spagna y Baltimora y, lo que es peor, que al versionarlos la misma persona no se sabría quiénes eran los buenos y quiénes los malos. Si es que esa diferencia existía más allá del prejuicio, claro.

Ya que estamos, voy a hacer como Arrieta con su versión de Kiss y les voy a pedir ayuda en materia ochentera: llevo años, muchos años buscando la canción ‘Topless On The Beach’ de unos tales The Matchmakers, que obviamente pertenecían al lado más itálico y verbenero de la década. ¿Algún arqueólogo puede echarme una mano o un emepetrés?

Por Carlos Benito

Sobre el autor

Periodista de El Correo. Nací en Logroño, estudié en Pamplona, vivo y trabajo en Bilbao.


febrero 2007
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