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The Sisters Of Mercy (Karaoke Nights III)

Vaya por delante: la espera indecente a la que fue sometida la desdichada audiencia que acudió anoche a ver a The Sisters Of Mercy en la sala Santana 27 de Bilbao no tiene justificación alguna. No es de recibo que en las entradas figure que las puertas se abren a las 20.30 -sin detallar cuándo empezaba el concierto- y que a las 22.30 la gente siga esperando. Eso sí, con la barra abierta, que hay que hacer caja. Y todavía hubo que aguardar su cuartito de hora más a que el señor Eldritch y sus asalariados se decidieran a salir a escena. Lo dicho, una indecencia. Y ahora, el concierto. El compañero Benito le puso un 7’5 y estoy de acuerdo con la puntuación. Estuvo bien, pero pudo ser mejor, mucho mejor. Porque, para empezar, el sonido fue nefasto durante toda la primera parte y no alcanzó la brillantez esperada hasta los bises. ¿Cómo es posible, cuando casi todo lo que oíamos estaba pregrabado, salvo las guitarras y las voces? Nos tragamos el arranque en primera fila y fuimos incapaces de reconocer la canción que abrió el concierto. De hecho, sonaba más a Front 242 que a The Sisters Of Mercy, porque sólo oíamos la caja de ritmos, brutal, y poco más. Cómo sería el asunto que tardamos un minuto en descubrir que la segunda canción era ‘Dr. Jeep’, destrozada en un medley nefasto con ‘Detonation Boulevard’. Con ‘Ribbons’ mejoró la cosa, pero aquello parecía confirmar nuestros peores augurios.

Menos mal que el compañero Benito descubrió, durante una incursión al bar, que desde el fondo se oía muchísimo mejor. Así que a la altura de ‘Flood I’ decidimos situarnos en las últimas filas. Y ahí sí, oíamos las guitarras y hasta la (bajísima) voz de Eldritch, por lo que pudimos pasarlo razonablemente bien con el resto del repertorio, casi todo extraído de ‘Floodland’ y ‘Vision Thing’: ‘Dominion/Mother Russia’ sonaron magníficas, así como ‘Neverland’, ‘When You Don’t See Me’ y ‘Something Fast’, hasta llegar a la cumbre con un ‘This Corrossion’ monumental pero en el que se echaron de menos los coros originales. Hubo algún rescate de los inicios oscurísimos del grupo, como ‘Alice’ y (creemos que) ‘Anaconda’, aunque todo el repertorio fue orientado hacia el sonido de ‘Vision Thing’, para disgusto de los puristas y disfrute de los muchos metaleros presentes. En los bises hubo un traspiés con una versión recortada de ‘Lucretia (My Reflection)’ que fue rápidamente subsanado con un ‘Temple Of Love’, pletórico, causa de mi dolor de garganta de hoy.

¿Y Eldritch? Pues la verdad, todavía no sé ni qué pensar. Entre las toneladas de humo y sus maneras de yonki zombificado costaba reconocerle. Durante la mayor parte del tiempo no dejó de ser una silueta recortada en la niebla que daba bastante mal rollo. Respecto a los dos guitarristas, Ben Christo se pasó de heavy y recargó varias canciones con punteos innecesarios. Y a veces fuera de tono. Sin embargo, Chris Catalyst fue el descubrimiento de la noche, por su impagable look, actitud y corrección instrumental. En cuanto al doktor Avalanche, estuvo brillante, por supuesto.

Por Carlos Benito

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mayo 2006
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