La Universidad Carlos III de Madrid organizó ayer una jornada sobre Retos de futuro en la enseñanza del Periodismo. Tres mesas redondas -una de profesores, otra de periodistas y una tercera con ex alumnos de la Facultad que trabajan ya en medios- para abordar un problema crucial ante más de 200 estudiantes y un puñado de docentes.
No pude asistir a la mesa redonda de la tarde, pero lo que vi por la mañana me gustó. Me gustó el interés de los alumnos y sus reacciones ante alguna que otra provocación. Me gustó su defensa del buen periodismo, que es el mismo sea en un diario en papel que en uno digital, en la radio la TV. ¿Conclusiones? Pues que los periodistas deben estar bien formados no solo en sus propias técnicas profesionales sino en todo aquello que les sirva para entender el complejo mundo que nos ha tocado vivir, ser humildes, tener fuertes convicciones éticas, no despegarse de la realidad, utilizar las nuevas tecnologías pero no como sustitutivas del contacto personal y la presencia en los lugares donde ocurren las noticias… Vamos, que sigue siendo lo mismo que hace treinta años, cuando el firmante de este blog terminaba sus estudios.
Vivimos tiempos difíciles para la profesión, por razones internas y externas. La crisis económica golpea al sector con una fuerza tremenda, pero nosotros, los periodistas, hemos hecho grandes esfuerzos para empeorarlo todo, aceptando por ejemplo, como dije ayer en una de las mesas, que se autocalifiquen de periodistas personajes cuyo mayor mérito profesional es haber pasado por programas como Gran Hermano o haberse acostado con alguien que llegó a la fama por las mismas vías. Somos tan liberales, entendemos tan mal lo que es la libertad de expresión y el respeto a los demás, que nadie ha levantado la voz para decir a esos personajillos que ellos no son periodistas. Luego nos quejamos de que el prestigio social de la profesión está bajo mínimos. Normal.
Un mensaje a los estudiantes de Periodismo, los de la Carlos III, la UPV/EHU y todos los demás: ánimo, este es el oficio más hermoso del mundo, por usar la célebre expresión de García Márquez, pero nadie dijo que fuera fácil. Lo importante es formarse bien, leer mucho y de todo, sentir curiosidad y tener una gran vocación, una verdadera necesidad por contar cosas interesantes y contarlas bien. Y ser honrados, sobre todo con vosotros mismos. La estupenda jornada de la Universidad Carlos III nos dio a unos cuantos afortunados la posibilidad de debatir sobre todo eso.