No siempre las músicas más bellas forman parte de las obras más importantes de la historia de la música. A veces, melodías que enamoran están en pequeñas piezas, en canciones de unos pocos minutos o en partituras para instrumentos concebidas con un afán alimenticio o didáctico. Les dejo esta para que disfruten en este fin de semana gris. Es la Vocalise de Rachmaninov. Una pieza breve, sin la ambición de sus conciertos para piano o sus sinfonías. De menor ambición pero no inferior belleza. Si tienen unos minutos para escucharla quedarán prendados de la pieza, que aquí canta -muy bien, me parece- Renée Fleming.