El director titular de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, el colombiano Andrés Orozco-Estrada, se subirá este fin de semana al podio de la Filarmónica de Viena, en la hermosa Sala Dorada de la Musikverein de la capital austriaca. En el programa: ‘Mar en calma y viaje feliz’, de Mendelssohn; ‘Preludio y tema de amor’ de ‘Tristán e Isolda’, de Wagner; y Sinfonía Nº 7 de Dvorák. Tres obras de notable exigencia.

Orozco-Estrada sustituye a Esa Pekka Salonen, el director previsto para este programa. Se encuentra de esta forma ante una oportunidad inmejorable para demostrar su talento al frente de una de las mejores orquestas del mundo. No sería la primera vez que una sustitución de última hora brinda a un músico un impulso inesperado que sin esa circunstancia quizá hubiese tenido que esperar un tiempo. De manera indirecta, es una buena propaganda también para la Sinfónica de Euskadi, que en la web de la Filarmónica de Viena aparece citada como una de las dos orquestas de las que el colombiano es titular, como en su momento se habló de la Sinfónica de Bilbao cuando se anunció el fichaje de Juanjo Mena por la Filarmónica de la BBC.

(Actualización: Acaba de contarme Javier Elzo, sociólogo de prestigio y gran aficionado a la música, que tuvo la oportunidad de asistir al concierto de Orozco-Estrada en Viena, con la Filarmónica. Me ha comentado que fue un concierto muy bueno y que el director recibió una gran ovación, teniendo que salir a saludar en numerosas ocasiones, incluso cuando los músicos de la orquesta habían abandonado ya el escenario. Enhorabuena).