Editorial Bruguera, integrada en el Grupo Z, ha anunciado que dejará de publicar libros en 2011. El sello fue creado hace ahora justo un siglo y durante décadas se especializó en literatura juvenil e historietas. Mis recuerdos más antiguos de Bruguera están en libros de ese tipo. Ya no era exactamente un niño cuando empecé a apreciar los títulos clásicos que editaba en bolsillo. De hecho, en los setenta su colección en rústica era junto con Austral y El Libro de Bolsillo (Alianza) la mejor oferta del mercado en el capítulo de literatura anterior a la mitad del siglo XX.
A finales de los setenta, el sello comenzó a publicar títulos fascinantes. Por ahí pasaron Crónica de una muerte anunciada y Berlin Alexanderplatz, por citar un par de ejemplos. Y en 1980 lanzó una colección de bolsillo con pasta dura, llamada Club (Colección de Literatura Universal Bruguera), compuesta por 100 títulos que salieron con carácter semanal y que fue sencillamente extraordinaria (Pavese, Böll, Jarry, Fournier, Borges, Faulkner, Wolf, McCullers…).
En 1986 cerró y sus fondos fueron a parar al Grupo Z, que volvió a reabrirla veinte años después. Ahora se anuncia su segunda muerte. Me gustaría volver a asistir a una nueva resurrección de este sello editorial con muy buen gusto literario y poca suerte comercial.