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César Coca

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¿Quiere usted encargar su propio réquiem?

Ha muerto Samaranch, una de las grandes personalidades de este país, y no solo en el ámbito deportivo, y no sé si el día está para bromas, pero es que la actualidad no para. Ya saben ustedes lo que ha dicho Evo Morales, muy respetable como presidente de Bolivia pero escasamente digno de respeto como científico: que las bebidas refrescantes, los animales sometidos a procesos de engorde con hormonas y los alimentos transgénicos causan calvicie y homosexualidad. Aún no salgo de mi asombro. Porque me parece recordar que mucho antes de que se inventaran esas bebidas y se alimentara a los pollos con piensos de engorde había calvos y homosexuales…

En fin, muchos han escrito sobre esto, entre ellos los autores de los blogs El Cascarrabias y Magonia, aquí cerca, así que no incidiré más en la tontería. Pero sí quiero comentarles algo de lo que me enteré hace unos días leyendo Scherzo, para mí la mejor revista dedicada a la música clásica que se edita en este país. Resulta que un donostiarra, Iñigo Ortega, tiene una página web sobre un tipo de obra musical muy concreto, el réquiem. Y siguiendo sus enlaces, se encuentra una información sorprendente. Por ejemplo, que están catalogados a lo largo de la historia 4.144 réquiems, a cargo de 2.546 autores. Y la lista no para de crecer. Entre otras cosas, porque hay una empresa, con su propia página web, que se dedica a componer estas obras funerarias a petición. Es decir, que junto a la lápida, el tipo de ataúd y las flores, cualquiera puede ir diseñando su última aparición pública encargando incluso la música. Nada de ir de tapadillo, como el conde Walsegg. Uno se encarga su propio réquiem y el día de su funeral todo el mundo se sorprende por haber asistido al mismo tiempo a una despedida y un estreno.

Un amigo mío tuvo una vez la ocurrencia de decir que había pensado que en su funeral quería que se escuchara el Réquiem de Mozart, porque quería dar a sus familiares, compañeros y conocidos la oportunidad (para él, sería la última) de escuchar buena música. Humor negro. Ustedes pueden preferir dar a sus allegados la oportunidad de asistir a un estreno. Algo que no pasa todos los días.