Dentro de unos días, Joan Manuel Serrat publicará un álbum con canciones sobre letras de Miguel Hernández. Ya ha anunciado que los poemas elegidos son menos célebres que los de su primer disco dedicado al alicantino, hace casi 40 años, aunque él contribuyó de forma más que evidente a esa celebridad.
Cuánto tiempo ha pasado desde aquel disco. Por razones de edad, no empecé a escucharlo en serio hasta que ya llevaba un tiempo en el mercado. Con todo, pertenezco a una generación, años arriba o abajo, que debe a Serrat buena parte de su educación poética y sentimental. Y ese álbum dedicado a Miguel Hernández (para mí, más bello que el que hizo sobre Antonio Machado y ya sé que esta opinión va contra la corriente general) es una de las piedras angulares.
Hubo un tiempo en que me sabía de memoria los poemas que componen ese LP. Iba a decir que los cantaba pero no quiero suscitar la risa de los lectores. Creo que si hago un esfuerzo sería capaz de recordar ahora mismo la mayoría. He escuchado centenares de veces Elegía, Nanas de la cebolla, Umbrío por la pena, El niño yuntero, Menos tu vientre… Pero mi favorita, y ya sé que también aquí discrepo de la mayoría, es Canción última. Qué nostalgia.