Confieso mi extrañeza. Sabía que Sánchez Ferlosio era uno de los candidatos al Nacional de las Letras pero daba por descontado que no se lo iban a dar pues ya ganó el Cervantes en 2004 y este es un premio de más relieve que el Nacional. Me parece que no tiene mucho sentido dar un premio inferior (concedido por el mismo organismo que el otro) a quien ya tiene uno superior. Pero se lo han dado y esa relativa sorpresa no me puede llevar a ocultar que Sánchez Ferlosio es un escritor de primera. Seguramente mejor ensayista que novelista, sobre todo en su producción de los últimos años, pero un autor magnífico.
Hay un libro suyo que tengo grabado a fuego: El Jarama. Lo leí en mi etapa escolar. Había varias opciones y yo elegí ese título. Aún recuerdo su inicio y final (descripciones del río y la ruta que sigue desde su nacimiento hasta su desembocadura) y la larga jornada del grupo a la orilla del agua, sus conversaciones banales, sus pequeñas pasiones, sus risas, sus sencillos momentos de gozo, hasta que ya en la recta final del libro se desencadena la tragedia. Me gustaría saber si ahora, en los colegios, se lee El Jarama. Sospecho que no. La cosa va más bien por Sierra i Fabra y similares. Que cumplen bien ciertos objetivos y seguramente son mucho más asequibles para los adolescentes de 14 ó 15 años, pero que no son exactamente literatura de primera. Aunque, como dice un amigo mío, no hay que desdeñar la posibilidad de que libros como El Jarama (por su lentitud y su dificultad para enganchar a lectores poco cualificados) desanimaran respecto de la lectura a unos cuantos. No niego que efectivamente sea así. Paradojas.