Alguien ha hecho un comentario a un post reciente de este blog quejándose del recorte del presupuesto de Cultura de la Diputación foral de Vizcaya. Se extraña incluso de que no haya dicho nada al respecto en este blog. No trato de justificarme pero la razón es tan simple como que no he podido ver con detenimiento ese presupuesto, pero sí creo que la cosa merece un comentario centrado en una trayectoria más que en un año concreto.
El asunto es el siguiente: puede entenderse que en un año de crisis se recorte el presupuesto de Cultura como el de cualquier otro departamento. Lo que sucede es que la Diputación vizcaína lleva algunos años desatendiendo algunos capítulos del ámbito cultural con el argumento de que gasta mucho en otros. La Biblioteca foral fue la coartada durante un tiempo. El resultado es una queja generalizada sobre la escasez de recursos ya desde hace al menos cuatro o cinco años; es decir, un tiempo de alegría económica.
Les pondré sólo un ejemplo. Puede que no sea considerado oportuno por quienes se quejan de que no llega dinero a la cultura de base, pero me parece que en cambio es muy significativo. ¿Recuerdan ustedes el concierto de Navidad que durante años organizó la Diputación? Por aquí pasó varias veces Valeri Gergiev con óperas y ballets del Teatro Marynski de San Petersburgo, al frente de producciones que ahora sólo se ven en Madrid y Barcelona. ¿Y los conciertos que, mediante acuerdos con un promotor privado, dieron figuras como Maria Joao Pires o Jessy Norman? Sencillamente han desaparecido. La causa: no hay dinero. Pero no es que no lo haya este año. Es que no lo hay desde hace varios. Incluso, según me cuentan, se llegaron a cancelar unas funciones de Gergiev y su grupo que estaban comprometidas por el equipo anterior. Una anulación que tuvo su derivada, porque la Sinfónica de Bilbao, que había estado en San Petersburgo, actuando en el Festival de las Noches Blancas (dirigido por Gergiev), tenía expectativas serias de repetir, pero no ha vuelto. Sabido es que en este ámbito funciona mucho eso de “yo te invito si tú me invitas”.
Esto es lo que hay, y son muchos quienes piensan que el interés de la Diputación por la cultura es reducido.