Hoy se cumplen 20 años de la muerte de Herbert von Karajan, director polémico, amado por muchos y criticado por otros tantos. Creo que a medida que pasa el tiempo se puede hacer un análisis más desapasionado de su legado. En el debe me parece que encontramos un afán por obtener un rendimiento económico de su trabajo más allá de lo razonable, la búsqueda un tanto hueca de un sonido de gran belleza aunque fuera falseando el espíritu de la partitura y un amaneramiento que se hace muy evidente en los últimos años. En el haber, un gran talento, un conjunto muy amplio de grabaciones de enorme valor, el descubrimiento de muchos grandes solistas y versiones verdaderamente históricas de un puñado de obras del gran repertorio. Valga como ejemplo su ciclo de las sinfonías de Beethoven de los años sesenta, aunque por supuesto hay mucho más. No entro en el personaje, con sus luces y sus sombras, porque eso sí que ya es pasado. No lo son sus grabaciones y creo que debemos quedarnos con las mejores, que son muchas y verdaderamente buenas. Rindamos homenaje al artista escuchándolo.