Georges Auric es uno de esos personajes sorprendentes por su capacidad para hacer cosas distintas y conseguir un gran nivel de calidad en todas ellas. Es conocido sobre todo como músico, y en su catálogo (muy extenso) hay muchas obras para sala de conciertos y muchas también destinadas al cine. En este camo en concreto, tuvo tanto éxito que pronto su fama trascendió el cine francés y fue requerido lejos de su país. En la lista de las películas en las que trabajó hay muchas que hoy nadie recuerda, pero también están Lola Montes, Vacaciones en Roma y Moulin Rouge, por citar solo tres muy destacadas. Además de músico, fue también poeta, escribió textos para canciones, dirigió teatros, presidió asociaciones artísticas… Como compositor, formó parte del llamado Grupo de los Seis, que tenían a Jean Cocteau como padrino. Les Six se caracterizan por una música mucho menos intelectual que la que en esa primera mitad del siglo XX dominaba los escenarios de Centroeuropa. Podríamos decir que se tomaban a sí mismos menos en serio y componían pensando mucho menos en trascender y mucho más en divertirse y divertir.

La propuesta de este fin de semana es una obra de cámara. No es la más conocida de su repertorio pero el lenguaje es muy Auric. Disfruten.