El próximo jueves se cumplirán 200 años del nacimiento de Fiódor Dostoyevski, uno de los mayores escritores de todos los tiempos. El siglo XIX es el de la novela, y en esa centuria destaca por encima de todo la literatura francesa y la rusa. Y dentro de esta última Dostoyevski es el más grande, en competencia con Tolstói.
Justo en coincidencia con este aniversario Galaxia Gutenberg publica el segundo volumen de las Obras Completas, dedicado a las novelas y los relatos de los años 1859 a 1862. Se trata del período inmediatamente posterior a su regreso del campo de trabajo de Siberia en el que estuvo cuatro años tras la conmutación de la pena de muerte a la que había sido condenado (y que culminó con un simulacro de fusilamiento).
El volumen contiene escritos poco conocidos (El sueño del tío, La aldea de Stepánchikovo y sus moradores, de tono levemente humorístico y caricaturesco) y dos que por sí mismos lo habrían situado en el Olimpo: Humillados y ofendidos y Apuntes de la casa muerta (en otras traducciones Recuerdos de la casa de los muertos). La primera de estas, publicada en 1861, justo el año que se produce la reforma legal que acaba con el régimen de servidumbre, es un descarnado relato acerca de la miseria y el fuerte contraste entre clases sociales. La segunda es el relato novelado de la vida en el campo de trabajo de Siberia en el que estuvo el autor.
Dostoyevski es un maravilloso cronista de su tiempo, además de un creador de personajes inolvidables. Cualquier disculpa es buena para leerlo. Su centenario y la aparición de esta muy cuidada edición lo hacen casi obligatorio.
(Publicado en elcorreo.com)