A veces da la sensación de que la historia vasca la escriben guionistas en vez de historiadores. Hay que ajustar la trama cueste lo que cueste aunque para ello resucite un personaje que ya había muerto. El miércoles pasado, un experto lingüista reiteraba que todo apunta a que el descubrimiento de Veleia, en Álava, huele a fraude. En Veleia, un yacimiento romano situado cerca de Nanclares de la Oca, aparecieron en 2006 una serie de cerámicas en las que se rompían todos los conceptos históricos manejados hasta el momento. Uno de los investigadores llegó a afirmar que pasó varios días sin dormir por el vértigo que le provocó el hallazgo.
¿Qué había allí? Para empezar: en una serie de inscripciones se podían leer las primeras expresiones escritas en euskera de la Historia. Segundo plato: La primera representación del Calvario de toda la Historia de la Cristiandad, anterior incluso a las aparecidas en las catacumbas de Roma. De postre: Unas inscripciones egipcias datadas…quinientos años después de que se hubieran dejado de utilizar los jeroglíficos. ¡Como para no quedarse sin dormir!
Aunque los expertos hablaron abiertamente de fraude desde el principio no me digan que la historia no es impresionante. ¿Qué podían hacer un cristiano de vanguardia, el primer escritor en euskera y un misterioso egipcio. perdidos en la Llanada alavesa en el siglo III? Solo falta la Atlántida en el Zadorra.
La historia me recuerda a uno de los mejores guiones fallidos de la Historia –o Prehistoria– vasca. En 1990, la Diputación de Alava presenta el sensacional hallazgo de una cueva con pinturas rupestres en las estribaciones del Gorbea. La repanocha. Mamuts. Rinocerontes lanudos. Huellas humanas. !Chúpate esa, Altamira¡ Los principales expertos vascos certificaron el hallazgo pero dos años después tuvieron que rectificar y reconocer que todo era falso. (Unos arqueológos ingleses lo habían sentenciado al minuto de ver las fotografías de la cueva en un periódico. Aquí esperaron a que aparecieran hebras de ‘scotch brite’ en las pinturas). El espeleólogo que las había descubierto cobró una decena de millones como «recompensa» y tuvo que devolver la tela. Ahora el asunto se ha difuminado en una confusa neblina.
La pregunta es: ¿En cuántas otras historias ya nos la han jugado? ¿En cuántos de los momentos históricos que nos han contado se ha rellenado la trama? ¿Cuánto ‘scotch brite’ hay en nuestra Historia?