Los seguidores de este blog saben que una tradición del mismo es hacer una quiniela sobre quiénes pueden ganar los grandes premios literarios. Mañana se concede el Cervantes, así que esta es una de las grandes ocasiones del año a las que me refiero.

¿Quiénes son mis candidatos?

El año pasado se rompió la tradición no escrita de alternar el premio de manera que un año fuera a parar al otro lado del Atlántico y otro se quedara en España. Se ha concedido dos veces seguidas a autores latinoamericanos (Sergio Ramírez en 2017; Ida Vitale, en 2018) así que creo que esta vez recaerá en un español. Y doy también por hecho que, después de haber anunciado que no lo aceptaría, el jurado no se lo va a conceder a Javier Marías. A partir de esos supuestos, mis tres favoritos son:

1. Luis Landero. Uno de los escritores más respetados por todo el mundo, autor de una obra no muy extensa pero en todos los casos de gran calidad, y el más cervantino de los integrantes de su generación. Con Landero se premiaría a un clásico en vida. Este año, además, ha publicado una excelente novela.
2. Soledad Puértolas. Probablemente la escritora más premiable del grupo de los nacidos en los 40. Una autora sutil, sugerente y de escritura trabajada, aunque menos popular que Landero y quizá no tan admirada por la crítica.
3. Luis Mateo Díez. El mayor de los tres (es de 1942), creador de un universo literario propio, con un espacio geográfico mítico en el que se desenvuelven unos personajes peculiares. Probablemente es el más hermético. Acaba de publicar una novela.

¿Estará el ganador en este trío? Lo sabremos mañana jueves, en torno a la una y media o dos del mediodía.