Ferdinand Ries fue secretario, discípulo y amigo de Beethoven. Tanto trabajó con él que le facilitó en no pocas ocasiones la publicación de su trabajos y el contacto con algunos mecenas dispuestos a encargarle obras. Dado el carácter del autor de la Sinfonía Coral, la relación no tuvo que ser fácil. Es puramente anecdótico pero en su momento debieron de formar una curiosa pareja: sordo uno, tuerto el otro. Ries era también compositor, pero tuvo la desgracia de vivir a la sombra de un gigante y compartir tiempo y escena con una generación muy amplia de grandes de la música: no solo Beethoven y Haydn. En sus primeros años coincidió con Mozart, y en la parte final de su carrera ya estaban en plena producción Chopin, Liszt, Mendelssohn, Schumann, etc.
La música de Ries está influida, inevitablemente, por la de Beethoven. Durante mucho tiempo, apenas si tuvo audiencia su Concierto Nº 3 para piano. Hoy les propongo el siguiente: el Nº 4. Como aquel, está dominado por una energía enorme, por un romanticismo desmelenado que exige mucho al solista. No estamos ante una obra de ninguno de los compositores antes citados, pero algunas obras de Ries bien merecen una escucha. Y no desentonarían en las temporadas de abono de las orquestas. Escuchen esta pieza y creo que coincidirán conmigo.