Lo confieso. No conocía esta obra de Takemitsu hasta que comencé a preparar la entrevista con el trompetista y director Hakan Hardenberger, que publiqué en El Correo la pasada semana, con motivo de su concierto en la temporada de abono de la Sinfónica de Euskadi. La pieza está dedicada a Lutoslawski, muy amigo del compositor japonés. Y el primer intérprete fue este mismo trompetista.
La música de Takemitsu presenta una interesante mezcla de tradiciones, porque están presentes elementos de la cultura japonesa pero también se advierte su afinidad con la música francesa. Aunque además hubo en su carrera otra influencia notable, y no musical. Se trata del escritor irlandés James Joyce, cuya obra Finnegans Wake (esa ¿novela? complejísima, de la que su autor pensaba que los críticos se pasarían un siglo analizándola y que vuelve locos a los traductores porque tiene términos procedentes de decenas de lenguas diferentes) está presente como fuente de inspiración en un par de trabajos.
La pieza es muy atractiva por el juego de sonoridades. Además, no es difícil dejarse llevar por esta música pese a que un solo de trompeta no es nada habitual en el repertorio clásico, de manera que los oyentes no están acostumbrados. No he encontrado vídeos con la versión de Hardenberger, así que les dejo esta de Alison Balsom. Disfruten.