Cuando en el otoño pasado Pérez-Reverte publicó Falcó, ya anunció que este personaje daría lugar a una serie de tres entregas. Aquí está la segunda y en las últimas páginas del libro ya está avanzada la trama de la tercera.
Eva era una de las protagonistas que acompañaban a Falcó en el primer libro, una agente soviética con mando en los servicios secretos de la República. A lo largo de aquella novela, Eva salvaba la vida a Falcó y luego este quedaba en paz con ella al hacer lo propio. Ahora vuelven a encontrarse pero en realidad la mujer no aparece en el relato hasta pasada la mitad del mismo, aunque mientras tanto se hable de ella y el lector sepa que está en Tánger, la ciudad donde transcurre la acción.
La trama argumental es la siguiente: la República ha fletado un mercante para trasladar hasta la URSS una cantidad elevada de oro. El ejército de Franco quiere hacerse con el cargamento y envía un destructor a perseguir al mercante, hasta obligarlo a refugiarse en el puerto de Tánger. Allí, por los convenios internacionales, el barco con el cargamento de oro solo puede estar unos pocos días y luego deberá hacerse a la mar, donde será presa fácil del destructor. Los dos buques están amarrados a muy corta distancia, mientras ambos bandos hacen esfuerzos por resolver el asunto a su favor.
La misión de Falcó, ese agente amoral que antes trabajó para la República y ahora para los franquistas y cuyo único principio es su propia supervivencia, consiste en que ese oro pase a manos de los nacionales sin necesidad de hundir el mercante primero y esperar luego al fin de la guerra para que los buzos lo recuperen. La novela tiene menos episodios de acción que la anterior porque es más un relato clásico de espías, con diálogos cargados de cinismo, delatores, traidores y unos códigos de honor que están por encima de jefes e ideologías. Son los dos capitanes quienes encarnan esos códigos tan del gusto del autor, quienes se comportan como caballeros aunque sean enemigos y uno sepa que el otro terminará por hundir su barco. ¿Y Eva? Eva mantiene su fe inquebrantable en el comunismo aunque empieza a pensar que las purgas que ese año (estamos en 1937) están alcanzando incluso a los héroes de la Revolución también la salpicarán. Mientras, mantiene la ambigua relación –sexo, una cierta forma de lealtad, enfrentamiento ideológico– con Falcó.
Eva es una novela canónica de espionaje y agentes secretos, con todos los ingredientes necesarios y una narración muy visual, marca de la casa de su autor. En su siguiente misión, Falcó viajará a Biarritz: un empresario nacionalista vasco será el eje en torno al que gire la acción.
(Publicado en elcorreo.com)