Siempre que muere un gran artista casado en segundas (o terceras o cuartas) nupcias con alguien mucho más joven surgen los rumores acerca de su testamento. Está sucediendo con Pavarotti. Y no será el último caso. ¡Cuánto morbo despierta siempre esto! ¡Cuántos comentarios a propósito de si lo que había tras la relación era amor, admiración o codicia! Es humano que así suceda, pero no deja de ser lamentable. Y de esta forma quedan bajo sospecha todas o casi todas las viudas (abundan más que los viudos), aunque los motivos de la unión fueran muy diferentes.