Tras la marcha de Rosa Regàs, el nuevo ministro de Cultura deberá nombrar a alguien para la dirección de la Biblioteca Nacional. ¿Qué perfil debe tener quien acceda a ese cargo? ¿Poeta apreciable? ¿Escritor de éxito? ¿Agitador cultural de prestigio? ¿Especialista en conservación y gestión del patrimonio cultural?
Los últimos responsables de la Biblioteca han sido escritores. Alguno de ellos con episodios entre chuscos y vergonzosos en su currículum. ¿No ha llegado la hora de un gestor?