A la edad de 28 años y recordando vivencias de sus años mozos, Robert Schumann escribió las Escenas de la infancia. Se trata de una colección de trece piezas breves que escogió de una treintena que había escrito y que, en principio, no plantean una gran dificultad interpretativa. Como si quisiera dar a entender que, además de revivir los aún no tan lejanos años de juegos y despreocupación, esas partituras podían ser interpretadas por pianistas jóvenes y no demasiado formados técnicamente. Por supuesto, Schumann no es el único compositor que ha escrito piezas de este tipo. Recuerdo que entre mis primeros discos estuvo un LP que recogía esta colección junto las seis Piezas para niños de Mendelssohn y el Álbum para niños de Chaikovski, con la interpretación de Esteban Sánchez.
La más célebre de esas Escenas de infancia es la que ocupa justo la mitad de la colección. Se titula Träumerei (Ensueño) y ha sido objeto de múltiples versiones. También ha sido muy utilizada en el cine, la TV y la publicidad. Es una pieza deliciosa, una verdadera exquisitez musical que nos deja con la necesidad de escucharla de nuevo, dada su brevedad y la melodía leve y hermosa que contiene. Se la propongo en una versión muy especial: la que ofreció Vladimir Horowitz en Moscú en 1986, tres años antes de su muerte. Disfruten.