La gran efeméride musical del año que empieza es el 150 aniversario del nacimiento de Richard Strauss. Habrá mucho tiempo para hablar de este gran compositor, de sus complejas relaciones con los nazis, de su interés por la filosofía en general y Nietzsche en particular y de tantos otros aspectos de su vida y su obra. Les contaré solo una anécdota que quizá no conozcan, y que indica que Strauss no iba mal de ego. Cuando en 1933 los nazis organizaron la Cámara de Música del III Reich –la entidad que apartó de su trabajo a muchos instrumentistas y cantantes judíos y borró literalmente de los atriles a compositores ‘menores’ como Mendelssohn y Mahler–, hubo de rellenar un formulario de inscripción. En él había un apartado en el que el aspirante debía indicar quién lo recomendaba. Muchos de los solicitantes pusieron el nombre de políticos o militares. Strauss se limitó a escribir: «Mozart y Beethoven».
Les dejo con Así habló Zaratustra, una obra de su primera etapa, compuesta cuando tenía solo 32 años.