Para este primer fin de semana del año les traigo música de gran solemnidad. Ya se han apagado los ecos del Concierto de Año Nuevo, con sus bromas y sus piezas fáciles, pensadas para un tiempo de alegría y felicidad. Líbreme el cielo de desearles lo contrario a la alegría y la felicidad. Para nada. Solo pretendo cambiar un poco el paso.
Y lo hago con este tercer movimiento de la Suite en Re menor para clave de Haendel, en una versión orquestal. Es la célebre Sarabande, que ha sido muy utilizada en el cine y en publicidad. Por cierto, que la sarabande o zarabanda es una danza lenta de origen al parecer español, que estuvo muy mal vista en su tiempo por las autoridades religiosas por ser considerada obscena. Cuesta entenderlo escuchada en la actualidad, pero fue así.
Puede que muchos de ustedes piensen que se trata de una pieza muy repetitiva. Lo es. Pero qué belleza y qué solemnidad. Se la dejo con acompañamiento de imágenes de la película Barry Lindon, de Stanley Kubrick, que la usó para la banda sonora (por cierto, qué buen gusto tenía a la hora de elegir música clásica para sus filmes).