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César Coca

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La gestión cultural en Madrid y Vitoria: casi la nada

Se cumplen más o menos al mismo tiempo dos años del Gobierno de Rajoy y un año del Ejecutivo de Urkullu. Por eso los medios están haciendo balances. No entraré en otros ámbitos, que no son objeto de este blog, pero sí quiero hacer un comentario breve de la gestión de los responsables de Cultura.
Muy breve, en realidad porque la cosa no da para mucho.

Siento tener que darme la razón a mí mismo. Lo digo porque hace un tiempo escribí en este blog que cuando se junta la cartera de Cultura con otra (normalmente, Educación), la que pierde siempre es Cultura. No falla.  Por supuesto, sus responsables lo niegan. Pero, si quieren, vemos cuánto tiempo han dedicado Wert y Uriarte al apartado de Cultura de sus departamentos y cuánto al de Educación. Cuántos planes han presentado en ambos ámbitos, cuántas medidas han anunciado, cuántas intervenciones públicas han hecho sobre una y otra materia.

Ya sé que algunos me dirán que la gran suerte de la cultura española es que Wert no le ha prestado demasiada atención. Aceptó una subida brutal del IVA, anunció una nueva regulación del mecenazgo que aún no ha sido presentada y me cuesta mucho recordar otras actuaciones suyas que no sean capear el temporal de los abucheos que le han caído encima al presentarse en algunos actos públicos.
De Uriarte, lo mejor que se puede decir es que no ha roto nada. Acabó con el bono cultura y estoy seguro de que no tiene ni medio diseñada una opción alternativa, y poco más en el resto de los ámbitos competenciales de su departamento. Creo que su viceconsejero tiene uno de los puestos más cómodos de la Administración. Ni siquiera le rozan bofetadas como las que a Lassalle le han correspondido por no haber sabido imponerse o no haber presentado su dimisión.
Amigos, es lo que hay. Poco, tirando a nada. Si ambas carteras desaparecieran (la del Gobierno central y la del vasco), pocos lo notarían.