La temporada de la ABAO incluye tres títulos de Verdi en ese afán loable –un ejercicio de bilbainismo puro en estos tiempos que corren– de programar todas las óperas del compositor italiano. Los tres han ido seguidos y justo en el inicio de la temporada, así que con La forza del destino, que se estrenará mañana, concluirá Verdi hasta el otoño próximo. Mientras tanto, pueden ustedes leer la colección de cartas del músico recopiladas por la ABAO en un libro de bellísima factura del que ya les ha hablado aquí en alguna otra ocasión.
Con esta ópera, una de las más conocidas de su autor, sucede algo inusual en él: lo más conocido no es un aria, ni un coro, sino la obertura. No sucede en Aida, ni en La Traviata, ni en Rigoletto ni en tantas otras. Es cierto que pasa con otros compositores y a veces en sus títulos señeros, pero en Verdi es más extraño.
La obertura de La forza del destino es tan bella, tan intensa, que se incluye muchas veces en los programas de concierto. O se usa como bis. Uno de los directores que más veces suele hacerlo es Riccardo Muti, un auténtico especialista en Verdi, como demuestra con la batuta y como demostró, sin ella, en su conferencia en Bilbao de la pasada primavera, justo en el ciclo de charlas del Tutto Verdi de la ABAO. Les dejo con Muti y la obertura de La forza.