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César Coca

Divergencias

Y la película más vista de la historia de la Navidad es…

Llega la Navidad y la televisión se llena de escenas de calles nevadas. No son las calles de nuestros pueblos, porque vivimos en un país en el que nieva poquísimo. A veces, incluso hace un calor más propio del verano. Es que esas calles son las de las películas estadounidenses que en lotes masivos, de todos los colores, argumentos y calidades, se emiten en Navidad.

Hay cadenas, como Antena 3, que en noviembre organizaron un ciclo de filmes navideños, que eso ya es adelantarse. Pero a partir de mediados de diciembre se produce una verdadera inflación de  películas en las que la Navidad aparece como argumento o como fondo. A veces muy cogido por los pelos, pero ahí están la nieve, los árboles, las luces… Es como si nos afectara en mayor medida el espíritu de la Navidad por ver esos filmes en general acaramelados o nostálgicos, o llenos de buenas intenciones, a veces hasta en exceso. O como si la Navidad y toda su parafernalia fueran un fondo necesario para contar algunas historias, que no lo es. Pasa con Solo en casa, emitida cada año por estas fechas o con Beautiful girls, que nada tiene que ver con la Navidad, pero la nieve y las vacaciones escolares de estas fechas están ahí presentes con un peso mínimo, pero como referencia de fondo.

Pero el título de película de Navidad por excelencia se lo lleva ¡Qué bello es vivir!, emitida de nuevo este año. Se trata, según las estadísticas al uso, del filme que se ha dado más veces en TV durante la Navidad en todo el mundo. Y en realidad no es más que una disculpa, porque el argumento podría desarrollarse en cualquier época del año. Ese exceso de buenos sentimientos -ojo, estupendamente rodado e interpretado, que también hay que tener arte para eso, un arte que tantos telefilmes de sobremesa no tienen ni de lejos- parece que encaja mejor en estas fechas.

Es lo que hay. El día 6 se acabará el festival. Entonces todo será un poco más árido.