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César Coca

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Ningún fin de semana sin música: la 'Obertura 1812' de Chaikovski

No podíamos dejar pasar el año sin escuchar la Obertura 1812 de Chaikovski. Han pasado justo dos siglos desde el episodio que conmemora la obra: la derrota de Napoleón ante los rusos después de haberlos vencido en la batalla de Borodino y de haber entrado en Moscú sin oposición. Sin embargo, la llegada del general Invierno, como se le conoce habitualmente, hizo que los franceses tuvieran que abandonar la capital rusa y sufrieran muchísimas bajas en la retirada.

Chaikovski recibió el encargo de la obra para una serie de conmemoraciones que iban a festejarse en 1882 y entre las que destacaba la inauguración de la catedral de Cristo Salvador. El compositor concibió la pieza para ser interpretada en la calle. Además de una gran orquesta, se requiere un coro de voces masculinas graves (en algunas versiones se sustituye esa parte con música instrumental), unas campanas de iglesia y 16 cañones. Las dificultades en cuanto a la intendencia hicieron que fuera estrenada en una sala y con percusión en vez de cañones. Sin embargo, en la segunda parte del siglo XX se ha interpretado varias veces según la idea original e incluso se ha grabado con cañones auténticos  porque la tecnología moderna permite que los disparos se produzcan en el momento justo y no instantes antes o después, como sucedía antes.

Un dato paradójico: esta partitura se utiliza con mucha frecuencia en los actos que cada año se celebran en EE UU con motivo de la fiesta de su independencia, pese a que no tiene nada que ver. Pero es así, y a muchos les sonará porque lo hemos visto en las películas. Por cierto, que a Chaikovski no le gustaba nada la pieza, y decía siempre que tenía oportunidad, que era un encargo en el que no había puesto el menor entusiasmo. Pues bien, es una de sus obras más conocidas. Y da a los oyentes una verdadera dosis de energía.

 (Beethoven ya había utilizado cañones en su partitura La victoria de Wellington en la batalla de Vitoria).