Estamos ante la obra más conocida de Arturo Márquez, un compositor mexicano nacido en el estado de Sonora hace 61 años. Márquez vivió una temporada en su juventud en EE UU pero pronto volvió a su país, donde ha estudiado en profundidad el folclore y lo he mezclado con la música clásica, que había sido su tema de trabajo durante los años de formación.
En 1994, la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México le encarga esta obra. Es la época del auge del zapatismo en México y Márquez se ve imbuido por ese afán de justicia social y solidaridad del movimiento. El Danzón Nº 2 (lleva ya ocho) es una estupenda fusión de música clásica, con un tratamiento orquestal muy sofisticado, y melodías y danzas populares. Pese a que no tiene ni veinte años, la obra ha alcanzado una popularidad enorme hasta el punto de que muchos empiezan a pensar que es el himno de México. Un fenómeno similar al que se da en el Reino Unido con la Marcha de Pompa y Circunstancia Nº 1 de Elgar, que muchos creen que es el himno.
Se da la circunstancia de que esta obra está dedicada a su hija y se estrenó en Venezuela. Y otra particularidad: quien más ha hecho por la popularidad de la obra fuera de México es el director venezolano Gustavo Dudamel, que la grabó en Fiesta, un disco con piezas latinoamericanas que tuvo muchísimas ventas.
Márquez tiene una obra verdaderamente singular: un Concierto interdisciplinario con músicos y fotógrafos.
Aquí les dejo este Danzón. Les va a encantar, estoy seguro.