En 1931, Sergei Rachmaninov compuso su Rapsodia sobre un tema de Paganini. Llevaba una década larga viviendo fuera de Rusia, de donde se marchó tras la Revolución de Octubre. Sus cuatro conciertos para piano y orquesta, dos de los cuales (2º y 3º) fueron desde el principio éxitos enormes, los había compuesto en su país.
Mientras vivió en Europa (Suiza y Francia, sobre todo) y luego en EE UU, Rachmaninov no dejó de pensar ni siquiera un día en su país. De ahí esa carga de nostalgia que tiene su música. Una música que es un puro anacronismo. Rachmaninov prolonga la obra de Chaikovski, que a su vez ya componía con algo de retraso respecto de lo que se hacía en Centroeuropa en su tiempo. Demos solo un dato: en 1931 Schoenberg compone sus Piezas para piano op. 33, Alban Berg está trabajando en su ópera Lulú y Stravinski acaba de publicar la Sinfonía de los Salmos. Al lado de esas obras, las de Rachmaninov parecen de otro tiempo. De otro mundo, incluso. Eso sí, su música es de una belleza estremecedora.
Estamos a punto de empezar el festival Musika-Música, en el que se interpretará en dos ocasiones la última de sus obras más famosas: la Rapsodia sobre un tema de Paganini. Aquí se la dejo, completita. Si quieren escuchar solo la celebérrima Variación 18, vayan justo al inicio del tercer vídeo. Pero yo les recomiendo que la escuchen entera. Serán veintitantos minutos que se les harán breves y serán gozosos. Se lo aseguro.
La versión es de la joven pianista china Yuja Wang, que a mí me gusta mucho. No es la primera vez que pongo aquí un vídeo con una interpretación suya.
http://www.youtube.com/watch?v=jYZNtApENG4&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=lhrXF7d6U3E&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=pm5IsTemc4s&feature=related