Un MIR para maestros. Es la última ocurrencia. Una idea para desviar la atención de los verdaderos responsables del desaguisado educativo de nuestro país. Hay que mejorar el sistema educativo (eso nadie en su sano juicio lo puede negar) y parece que debemos empezar por poner filtros para el acceso de los maestros a un puesto de trabajo. Como si ellos tuvieran la culpa del erial en el que, salvo excepciones, se ha convertido la enseñanza en España.

Pues no. Aquí hay maestros excelentes, regulares y malos, pero en parecida proporción a lo que encontramos en la medicina, la arquitectura, la abogacía o los diseñadores de moda. Con una diferencia: los maestros están mucho peor pagados y tienen un menor aprecio social. Porque lo que ha sucedido es que se ha hecho un ímprobo esfuerzo por desalentar a los profesionales de la enseñanza, por ningunearlos de tal manera que hoy es casi un milagro que existan jóvenes con vocación de enseñantes.

A los maestros se les imponen planes de estudios confusos e inadecuados por parte de ministros y consejeros que han demostrado (también con alguna excepción) que no son los más listos de su partido ni de su gobierno. Los maestros están mal pagados pese a que en sus manos está el futuro de la juventud, lo que equivale a decir el futuro del país. Los maestros sufren un deterioro notable de su prestigio social: hace medio siglo, serlo entrañaba un reconocimiento personal y profesional, con independencia de su sueldo; eso ha desaparecido. Los maestros son desautorizados un día sí y otro también por los padres de sus alumnos y cualquiera que tenga vínculos familiares con profesionales de la enseñanza conoce casos lamentables de esto de lo que estoy hablando: agresiones por parte de padres, insultos de los estudiantes, expedientes abiertos por criticar un trabajo en clase…

La suya es una profesión tan vocacional que en su gran mayoría soportan todo eso como un gaje del oficio y no cambiarían su tarea por ninguna otra. Ahora dicen que quieren ponerles más pruebas para acceder a un empleo. ¿Alguien ha pensado alguna vez en exigir responsabilidades a los políticos y los padres (sí, los padres) que tanto daño han hecho a nuestro sistema educativo? ¿Qué tal un MIR para ellos?