Juan José Millás es un escritor en cuya obra se juntan muchas veces lo real y lo onírico. En su última novela, el protagonista entra en algunos cuentos y de alguna manera se relaciona incluso con los personajes de los mismos, aunque sea para advertirles, sin demasiado éxito, de los peligros que les acechan.
El punto de partida de Solo humo ya es inquietante: un joven de 18 años conoce la muerte de su padre en un accidente de moto. La cuestión es que ese padre abandonó el hogar familiar muchos años atrás y el protagonista apenas si tiene recuerdos de él. Ahora se ha convertido en propietario de un piso y cuanto se guarda en él. Y entre las cosas que encuentra hay un cuaderno en el que habla de una hija muerta con pocos años. La madre de esa niña era, como enseguida deduce, una vecina con la que el joven entabla pronto una relación de cierta confianza.
A partir de ahí, no solo le resulta inquietante cuanto va descubriendo acerca de ese padre al que apenas conocía. En su mesilla de noche descubre un libro de cuentos infantiles que al parecer estaba leyendo en los días previos a su muerte. Y la lectura de algunos cuentos de ese volumen (‘Cenicienta’, ‘Hansel y Gretel’) hace que se produzca una especie de desdoblamiento de manera que el joven entra en las historias que narran mientras físicamente está tumbado en la cama que fue de su padre.
Un juego literario que Millás domina y que demuestra, una vez más, que los límites entre realidad y ficción nunca están demasiado claros.
(Publicado en elcorreo.com)