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César Coca

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Un libro cada semana: ‘El ancho mundo’ de Pierre Lemaitre

En la trilogía que comenzó con Nos vemos allá arriba, Pierre Lemaitre se colocó justo al final de la Primera Guerra Mundial y desde ahí partió para contar la Historia de Francia con un afán que está directamente relacionado con Balzac. La segunda novela, Los colores del incendio, se situaba unos años después, y la tercera, El espejo de nuestras penas, ubicaba a sus protagonistas en la primavera de 1940, con los tanques alemanes a punto de entrar en París.

Publicada esa última decidió que el ciclo debía continuar. En una entrevista que concedió a este periódico ya dijo que estaba escribiendo un nuevo título, situado entre 1948 y 1950. Pues bien, aquí está la novela.

El ancho mundo es básicamente la historia de un matrimonio que vive en Beirut donde tiene la propiedad de una fábrica de jabones. La pareja tiene cuatro hijos y es a través de sus vivencias como la novela se sitúa también en París y Saigón. El telón de fondo es por un lado la reconstrucción de Francia tras la liberación y por otro la guerra de Indochina.

A partir de ahí, en el mejor estilo de los folletines que homenajea y también caricaturiza, hay historias de amor, crímenes, traiciones, corrupción, idealismo y fracasos. Cada uno de los cuatro hijos tiene su propia trayectoria en un ambiente distinto: el mayor, conocido como ‘El Gordito’, es un inútil resentido porque su padre no le deja tomar el timón de los negocios; el segundo es un periodista que busca una gran historia; luego llega el más sensible de todos, un muchacho homosexual, torturado por mil causas; y una joven que ha terminado en la cama de un profesor y trata luego de hacer algo que merezca la pena.

Lemaitre domina el ritmo y hace que la tensión no decaiga pese a la extensión de la novela, que bordea las 600 páginas. No hay giros argumentales sorprendentes como los de sus obras policiales. Aquí el relato es más complejo en otro sentido. Y el retrato de Francia –o, quizá mejor, de la sociedad francesa– no es precisamente favorecedor.

(Publicado en elcorreo.com)