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César Coca

Divergencias

Un libro cada semana: ‘Castigar a los rojos’ de Ángel Viñas, Francisco Espinosa y Guillermo Portilla

Las guerras civiles son las más crueles de las guerras, porque se enfrentan hermanos, vecinos, compañeros, y porque muchas veces se aprovechan para ajustar cuentas atrasadas. Cuando el conflicto termina, lo habitual es que quienes han tenido algún tipo de mando o responsabilidad en el bando de los derrotados salgan una temporada al exilio y luego vayan volviendo discretamente y reintegrándose a una vida más o menos normal, aunque siempre alejada de los focos. Lo habitual fue lo que no sucedió tras la Guerra Civil de 1936.

Primero porque la represión de los contrarios fue muy dura durante la misma guerra. Ysegundo, porque durante la interminable postguerra hubo una persecución muy minuciosa hacia los derrotados, incluso aunque hubiesen tenido una participación escasa. No es un juicio de valor. Es lo que dicen los datos que Ángel Viñas, Francisco Espinosa y Guillermo Portilla recopilan en este libro.
Datos que resultan estremecedores: la represión franquista causó 140.159 víctimas y la del bando republicano, 49.367. Las comunidades autónomas (con el criterio politico-geográfico actual, claro) que más sufrieron la franquista en términos absolutos fueron Andalucía y Castilla-León, y la republicana, Madrid, Andalucia y Cataluña.

Todo eso, en el caso del bando franquista, tuvo su origen en la doctrina de Felipe Acedo Colunga, un teniente coronel que actuó como fiscal militar y fijó el pensamiento jurídico sobre la cuestión. Algo que los autores de este libro califican de forma tajante: una doctrina vengativa y sanguinaria, que tomaba parte de su argumentación de la Inquisición y bebía directamente de la legislación del nacionalsocialismo.

Estamos ante un libro estremecedor que aclara muchas cosas. Y como siempre sucede en la Historia, las interpretaciones pueden ser objeto de discusión, pero los datos están ahí.

 

(Publicado en elcorreo.com)