A veces se usa la expresión género chico para referirse a la zarzuela en general, cuando se trata de un subgénero de esta, caracterizado por su brevedad y la simplicidad de su desarrollo. No es adecuado por tanto asociarlo en todos los casos, y desde luego lo es aún menos cuando esa expresión va cargada de tono peyorativo para dar a entender que la zarzuela es un género menor. Por supuesto, hay zarzuelas musicalmente pobres o con libretos de muy baja calidad. Pero, ¿no hay óperas que también están lastradas por una de esas dos circunstancias, o incluso por las dos? Siempre he pensado que no hay nada más difícil que tratar de explicar con detalle el libreto de una ópera, y si creen que exagero les animo a entrar en algunas conocidas webs de ópera y leer el argumento de una que no conozcan. Lo más probable es que al acabar la lectura lo único que hayan sacado en limpio es el tema y la época en que transcurre la acción. Lo demás son giros de guion, irrupciones imposibles de algunos personajes, diálogos sin el menor sentido literario ni siquiera coloquial… pero no importa si la música es buena y la interpretación, destacable. Pues lo mismo deberíamos pedir a las zarzuelas.
Y hay algunas musicalmente excelentes, tanto que algunos de sus números han entrado a formar parte del repertorio de las orquestas, tal y como sucede con los de las mejores óperas. Es la propuesta para este fin de semana. Este Intermedio de La boda de Luis Alonso, escrito por Gerónimo Giménez, un compositor y director formado en el extranjero, de quien en su tiempo se reconoció y mucho su enorme talento. Esta pieza que hoy les dejo da prueba de ello. Pablo Heras-Casado está al frente de la Sinfónica de la Radio de Fráncfort. Disfruten.