No hacen falta disculpas para escuchar a Bach. Ni aniversarios ni fiestas litúrgicas. Estamos ante una de las cumbres de la cultura universal. Quienes vivimos en este tiempo somos afortunados: podemos escuchar todo el Bach que queramos y cuando lo deseemos. Hasta hace no tanto no era así. De forma que disfrutemos de ello.

¿Y qué les propongo para este fin de semana? Pues la Partita para teclado BWV 826, fechada en 1727, es decir, al poco de llegar a Leipzig. Se trata de una pieza dividida en seis movimientos, que dura, según las versiones, entre 15 y casi 25 minutos. Las disponibles están, en su mayor parte, tocadas al piano. Es el caso de la que he elegido para que puedan disfrutar de esta música que nos traslada al cielo, directamente. Al teclado, nada menos que Martha Argerich. Con eso, está todo dicho. Disfruten.