¿Qué sucede cuando llega al paraíso una serpiente? Pues que todos se ponen en guardia y ninguno siente su muerte si esta se produce. Es lo que pasa en Muerte en Santa Rita, la última novela de Elia Barceló. El punto de partida es la llegada a Santa Rita, un enorme caserón que fue balneario mucho tiempo atrás, de Greta, la recién divorciada sobrina de la dueña. Una dueña que es una escritora nonagenaria que acoge en su casa a una colonia de residentes que van desde jóvenes estudiantes a jubilados. Todos ellos colaboran en las tareas domésticas y aportan lo que pueden para hacer frente a los gastos.

Eso, frente al Mediterráneo, con un jardín de hermosos árboles y una alberca que usan en verano como piscina. Dicho de otra forma, el edén. Lo que sucede es que un día aparece en esa casa un buscavidas que fue amante de la dueña mucho tiempo atrás pese a que esta le saca treinta años. Y como el hombre es poco discreto, enseguida sabrán todos que tiene negocios con algunas empresas hosteleras que ansían hacerse con la casa. Así que cuando una noche se anuncia que el tipo y la dueña se van a casar, todos temen que eso signifique el fin de su modo de vida.

Lo que sucede es que el hombre aparece muerto al día siguiente (es la muerte del título de la novela) y nadie lo siente lo más mínimo. A partir de ahí, una investigación y un pasado que vuelve. Y algunas historias menores que desvelan que la armonía en la que vivían los habitantes de la casa tenía algo de ficticio.

(Publicado en elcorreo.com)