Ya lo ha anunciado y no hay visos de que vaya a echarse atrás: Atxaga no volverá a escribir novela. Pero eso no significa que no siga escribiendo narrativa. La prueba está en este libro, Desde el otro lado, que contiene cuatro historias separadas por cuarenta años. La primera, la más larga del volumen y que recupera personajes y situaciones ya conocidos por el lector, es de los ochenta y fue escrita originalmente en euskera, como la segunda. Las dos últimas son recientes y han sido escritas directamente en castellano. La traducción de las dos primeras ha corrido a cargo, como es habitual, del propio autor y su esposa, Asun Garikano.

La historia de dos hermanos huérfanos en el universo Obaba, el hombre que recuerda a su hijo bajo la influencia del LSD, una disparatada charla de dos conferenciantes ante un público numeroso y varios crímenes para cuya resolución es clave un búho. Estos son los temas de las cuatro historias, en las que el papel de narrador puede ser asumido por una serpiente, una estrella, una ardilla… Es decir, frente al modelo de narrador omnisciente y distante propio de la narrativa decimonónica o el implicado a fondo en el tema, que es habitual en las novelas de hoy, Atxaga opta por otra posibilidad que le permite un punto de vista diferente.

Hay en sus historias una violencia por momentos muy intensa, pero también un halo poético y es esa combinación la verdadera marca de la casa. Y están la soledad, la pérdida, la vida y la muerte como algo inseparable. Un Atxaga distinto y a la vez muy Atxaga.

(Publicado en elcorreo.com)